Yo Puedo con Todo: el Mantra Mentiroso
¿Quién cuida al que siempre cuida? Descubre cómo la fortaleza constante, puede ser una herida oculta. Video + artículo que te va a transformar.


¿Sabes qué tienen en común los que “pueden con todo”?, que en el fondo, están agotados, pero nadie lo nota, ni ellos mismos.
Desde chicos te felicitaron por ser independiente, responsable, sensato; “¡Qué maduro para su edad!”, decían como si fuera un premio. Pero nadie se preguntó qué tuvo que aguantar ese niño o esa niña para parecer un adulto antes de tiempo.
Y ahora estás acá: solucionando la vida de medio mundo, cumpliendo todos los roles, sonriendo cuando te quemas por dentro.
El personaje del fuerte
Es cómodo para los demás que vos seas “el que no necesita”, la que contiene, escucha, organiza, levanta, resuelve.
Y como nunca muestras el desgaste, nadie lo imagina. Hasta vos te lo creíste: “yo tengo que poder”, y cada vez que algo duele, lo escondes abajo de una montaña de tareas, compromisos, y listas interminables de pendientes.
Porque, ¿qué pasa si un día no puedes?, ¿Quién te sostiene a vos, cuando ya no querés ser el sostén?.
Cuando ser funcional se vuelve una forma de abandono
Estar siempre disponible suena noble, pero también es una forma de no habitarte. Te vuelves especialista en los demás, y analfabeto de tus propias emociones. Ayudas a todo el mundo, menos a vos; quieres salvar a otros del dolor que no te animas a mirar en vos mismo/a.
El resultado: una soledad silenciosa, que no se nota en fotos, ni se escucha en reuniones; pero que está, y pesa.
¿Y si un día no puedes más?
No se trata de “dramatizar”, se trata de darte permiso. Porque ser fuerte no debería significar estar solo, no deberías tener que colapsar para que alguien te escuche, no deberías tener que demostrar tu límite con una crisis.
El cansancio emocional no siempre grita; a veces solo se manifiesta como indiferencia, insomnio, enojo sin motivo, o ese vacío que no llena ni un logro más.
El autoabandono disfrazado de virtud
Muchos de los que viven cuidando a los demás, no saben cómo cuidarse a sí mismos. No por falta de herramientas, sino porque no se sienten con derecho; como si pedir ayuda fuera traicionar el personaje de “el fuerte”, como si necesitar algo fuera una especie de fracaso personal.
Pero no lo es, es humano; y además, ¿sabes qué?, no vinimos a esta vida a aguantar, vinimos a vivir, a conectar, a permitirnos también ser frágiles sin sentir culpa.
¿Qué puedes empezar a hacer hoy?
No te voy a dar una lista de cosas para sumar a tu día, ya tienes suficientes; solo te propongo una pregunta incómoda: “¿Estoy esperando que alguien me cuide sin haberme permitido necesitar?”
Y si la respuesta te pega… habla, pide ayuda, muéstrate; permítete ser contenido/a, aunque sea una vez, aunque sea por curiosidad, aunque sea para probar qué se siente dejar de ser el héroe de todos, la heroína, y empezar a ser la prioridad de alguien, empezando por vos.
¿Cómo puede ayudarte la terapia psicológica online de HolaTerapia?
En HolaTerapia, nuestras sesiones están pensadas para personas como vos: brillantes, funcionales, que sostienen tanto que se olvidaron cómo soltar. No hay fórmulas mágicas; hay espacios reales, creados a medida; donde puedes dejar de interpretar al fuerte, y empezar a conectar con tu parte más viva: la que también se cansa, la que también sueña con descansar sin culpas.
Hacemos terapia psicológica online, con profesionales de verdad, con metodologías lúdicas, simples y efectivas, desde cualquier parte del mundo.
A veces, el acto más valiente… es dejarse cuidar.
Romina Di Stéfano
Creadora de HolaTerapia
