Tu Tóxico No Quiere Perder
¿Y si el tóxico eres tú? Descubre cómo identificarlo, diferenciarlo del narcisismo y aprender a cambiar, para construir relaciones sanas.


Hoy se habla mucho de las personas tóxicas como si fueran villanos que disfrutan de hacerle mal a los demás. Pero la realidad es mucho más compleja. Detrás de las conductas tóxicas en pareja —como controlar, manipular, revisar el celular, exigir respuestas inmediatas o amenazar con irse— casi siempre se esconde lo mismo: una herida emocional no resuelta.
Y hay algo importante que aclarar: esto no es narcisismo; el narcisista manipula para inflar su ego y mantener poder. En cambio, lo que llamamos “toxicidad” muchas veces nace del miedo, el abandono, el rechazo, o el dolor infantil. No justifica la conducta, pero sí explica de dónde viene.
¿Por qué aparecen conductas tóxicas?
Nadie nace tóxico, desde chicos aprendemos a sobrevivir como podemos:
Callándonos, para no molestar.
Sonriendo, para que no nos abandonen.
Cediendo, para evitar conflictos.
La mente graba esas estrategias como formas de protección emocional. El problema es que lo que te salvó de niño, en la adultez, puede destruir tus vínculos. Ese control, manipulación o evitación, que antes te cuidaban… hoy rompen justo lo que más querés: tus relaciones.
Cómo saber si sos tóxico en tu relación
Puede que estés cayendo en dinámicas tóxicas si:
Revisas el celular, redes o chats de tu pareja.
Te enojas si no contestan rápido.
Usas el silencio, los celos o las amenazas, como forma de presión.
Sientes que si no complaces, te van a dejar.
Te cuesta confiar, y vives esperando una traición.
Si te identificas, no significa que seas una “mala persona”; lo que sos, en realidad, es alguien que aprendió a sobrevivir con miedo. Pero ahora esa estrategia ya no te sirve.
Cómo dejar de ser tóxico y transformar tus relaciones
Salir de la toxicidad en pareja no se trata de culparte, sino de asumir tu responsabilidad, y empezar a sanar.
1. Reconoce tus patrones
Admite sin excusas: “sí, controlo”, “sí, manipulo”, “sí, me adelanto al abandono”.
Nombrar lo que haces es el primer paso hacia el cambio.
2. Entiende el origen
Pregúntate:
👉 ¿Cuándo aprendí que amar era ceder?
👉 ¿Qué me hizo creer que si decía “no”, me iban a dejar?
Ir al origen de la herida te ayuda a separar quién sos de lo que aprendiste a hacer.
3. No uses la herida como excusa
Comprender tu dolor no significa justificar la repetición. Puedes tener compasión por tu historia, sin dejar de responsabilizarte por tus actos.
4. Practica nuevas formas de relacionarte
En vez de revisar, expresa tu miedo.
En vez de manipular, pide lo que necesitas.
En vez de adelantarte al abandono, elige confiar.
Son pasos pequeños, pero marcan la diferencia.
5. Busca ayuda profesional
Las heridas profundas no se cierran solas, la terapia psicológica online, es un espacio seguro para entenderte, sanar tu historia, y construir relaciones más sanas.
No sos tóxico, estás herido
Tus conductas tóxicas no son tu esencia, son un mecanismo de defensa, un intento desesperado de tu mente por sentirse segura.
La buena noticia es que se puede cambiar, lo que te salvó de niño/a, puede arruinar tu vida adulta si no lo trabajas. Sanar es mirar esa parte tuya y decirle: “Gracias por cuidarme, ya no hace falta que lo hagas así.”
Tu próximo paso
Si te reconociste en este artículo, no lo ignores; en HolaTerapia, trabajamos las heridas detrás de las relaciones tóxicas, con sesiones online dinámicas, profundas y reales.
👉 No es teoría: es un espacio para dejar de repetir patrones, construir vínculos sanos, y recuperar tu paz emocional.
Empieza hoy mismo; porque seguir igual duele más que animarte a sanar.
Romina Di Stéfano
Counselor - Creadora de HolaTerapia
