¿Sin motivación? Cuando es el momento de preocuparse
La baja motivación puede ser un indicio de problemas más profundos, desde agotamiento normal hasta trastornos de salud mental. Aprende a identificar cuándo buscar ayuda profesional.


Todos pasamos por momentos en los que nos sentimos sin fuerza. Sin embargo, ¿cómo saber cuándo esa falta de motivación se convierte en un problema grave que necesita atención?
"Cuando algo es lo suficientemente importante, lo haces incluso si las probabilidades de que salga bien no te acompañan". – Elon Musk
¿Qué es la baja motivación?
La motivación es ese impulso interno que nos mueve a realizar diversas actividades. Es lo que nos impulsa a levantarnos de la cama por las mañanas, a cumplir con nuestras responsabilidades laborales o a disfrutar de un encuentro con amigos.
Cuando experimentamos baja motivación, esa energía desaparece. Comenzamos a postergar nuestras responsabilidades, evitamos actividades que antes nos interesaban y sentimos una apatía generalizada. Es posible que dejemos de socializar, de ir al gimnasio o de cumplir con compromisos importantes, tanto laborales como personales.
Es en este punto cuando nos encontramos con un conflicto interno: nos enfrentamos a la parálisis de la procrastinación, lo que termina afectando nuestro bienestar y nuestras relaciones.
¿Cuándo la baja motivación es normal?
Hay momentos en la vida, como tras una ruptura, un despido o un duelo, donde es completamente normal experimentar una disminución en nuestra motivación. Estos eventos nos afectan emocionalmente y, a veces, necesitamos un espacio para procesar lo vivido. En esos momentos, nuestra mente y cuerpo nos piden un descanso.
Este fenómeno también es común en la adolescencia, cuando los cambios en el cuerpo y la mente pueden generar agotamiento y desinterés por actividades cotidianas.
Además, la baja motivación puede surgir cuando nos vemos atrapados en compromisos que no nos llenan. Si nos comprometemos con algo que no nos apasiona, nuestra mente puede empezar a protestar, expresándose a través de la apatía. Este es un claro indicio de que necesitamos reevaluar nuestras prioridades y, tal vez, pedir ayuda o incluso abandonar un proyecto que no nos beneficia.
Finalmente, no olvidemos que la baja motivación también puede ser síntoma de problemas de salud física, como trastornos hormonales o problemas metabólicos, que requieren atención médica.
¿Cuándo la baja motivación puede ser una señal positiva?
A veces, la falta de motivación es una llamada de atención. Nos invita a reflexionar sobre lo que realmente deseamos, sobre si estamos alineados con nuestros valores y objetivos. Puede ser el momento adecuado para revisar nuestra vida profesional y personal, para reconocer lo que nos apasiona y lo que debemos dejar atrás.
Si te encuentras perdiendo el interés por actividades que antes te entusiasmaron, como tu trabajo o tu rutina de ejercicio, puede ser el momento de hacer un cambio. A veces, una sesión con un terapeuta o un coach puede ayudarnos a descubrir nuevas perspectivas y reorientar nuestras prioridades.
¿Cuándo la baja motivación es un problema de salud mental?
Si la falta de motivación persiste durante varias semanas y comienza a afectar seriamente tu rutina diaria, es hora de preguntarte si hay algo más profundo en juego. La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes que se manifiesta con una falta de motivación. Si te sientes cada vez más apático, con pensamientos negativos y alejándote de tus seres queridos, es posible que estés enfrentando un desafío mayor.
Además, otros trastornos como el trastorno bipolar, el estrés agudo o la esquizofrenia también pueden estar vinculados a la baja motivación.
¿Qué hacer si un ser querido está experimentando baja motivación?
Si observas que un ser querido atraviesa por una falta de motivación persistente, es importante ser paciente. En lugar de presionarlos, trata de apoyarlos de manera empática, sin juzgar ni minimizarlos. Recuerda que para esa persona, el simple hecho de levantarse cada día puede ser un gran desafío.
Anímales a buscar ayuda profesional si lo necesitan. Un counselor o coach puede ser la clave para ofrecerles las herramientas necesarias para superar este bache y encontrar el camino hacia una vida más plena.
¿Y si soy yo quien no tiene motivación?
Si tu baja motivación está relacionada con un evento reciente, como una pérdida o un cambio importante, la autoayuda puede ser un buen punto de partida. Sin embargo, si sientes que la falta de motivación es algo más profundo o ha persistido durante varios meses, lo mejor es buscar apoyo profesional.
Habla con tu médico, un counselor o un coach que te guíen a través de este proceso. La motivación puede regresar cuando encuentres el apoyo adecuado para superar los obstáculos que enfrentas.
En HolaTerapia, contamos con un equipo de profesionales dispuestos a acompañarte en este proceso de autodescubrimiento y mejora. Permítenos ayudarte a redescubrir tu energía y pasión por la vida.
Romina Di Stéfano
Creadora de HolaTerapia