Rodeado de Idiotas
¿Estás rodeado de idiotas o solo de cerebros distintos? Descubre los cuatro estilos de comunicación (rojo, amarillo, verde y azul) y aprende a traducirlos para mejorar tus vínculos, y tu bienestar emocional.


¿Estás Rodeado de Idiotas?
¿Alguna vez sentiste que hablas en otro idioma que el resto del planeta?, Intentas explicar algo simple, y la otra persona parece no entender nada; o te pasa al revés: alguien te exige que “reacciones”, y vos solo necesitas un segundo para procesar.
No estás loco, ni rodeado de idiotas; estás rodeado de cerebros, que funcionan distinto al tuyo.
No Todos Pensamos Igual (y eso está bien)
Hay un libro con un título que parece escrito por alguien al borde de un ataque de nervios: “Rodeado de idiotas” de Thomas Erickson. Más allá del tono provocador, su premisa es brillante: las personas no se comunican igual, porque sus cerebros procesan la realidad de manera diferente.
La neuropsicología lo confirma: cada uno de nosotros combina estructuras cerebrales, emociones, y experiencias, que moldean cómo vemos, sentimos y decidimos. Lo que para ti es “obvio”, para otro puede ser “una ofensa”; lo que para ti es “solo una idea”, para otro es “una falta de acción”.
Así nacen los choques cotidianos; no porque uno tenga la razón y el otro no, sino porque hablan distintos idiomas emocionales. Sabias que muchos de nuestros pacientes han superado esta desconexión?. Agenda tu sesión de terapia ahora!
Los cuatro colores de la comunicación
Podemos simplificar estas diferencias en cuatro grandes estilos. Nadie es solo uno, pero todos tenemos un color predominante: el rojo, el amarillo, el verde o el azul. Vamos a verlos en acción, sin tecnicismos, y con ejemplos reales.
🔴 ROJO: el líder impaciente
El rojo es directo, rápido, competitivo y práctico.
No quiere vueltas, quiere resultados. Si le dices “lo estoy pensando”, te responde “¿y para cuándo?”. En el trabajo suele ser quien impulsa, pero también, quien genera tensión si siente que los demás no van a su ritmo.
En pareja: discute para resolver. No soporta el silencio pasivo, ni los rodeos.
En familia: exige mucho, a veces sin notar que intimida.
En grupo: toma el mando aunque nadie se lo pida.
El rojo no es malo, es acción pura. Pero necesita aprender a escuchar sin sentirse amenazado por la calma de los otros.
🟡 AMARILLO: el entusiasta eterno
El amarillo es pura energía social. Le encantan las ideas, la gente, las conversaciones espontáneas, y los proyectos nuevos. Si le das una idea, la convierte en diez. Si lo dejas solo, se apaga.
En pareja: es romántico y divertido, pero puede olvidar detalles importantes.
En el trabajo: contagia entusiasmo, aunque a veces deja cosas a mitad de camino.
En grupo: es el que dice “¡hagámoslo!” cuando todos dudan.
El amarillo vive con brillo propio, pero necesita aprender disciplina y foco, para que sus ideas no se queden en el aire.
🟢 VERDE: el pacificador silencioso
El verde es empático, tranquilo y evita el conflicto a toda costa. Si hay una discusión, el verde probablemente intente mediar… o desaparecer. Suele poner las necesidades de los demás por encima de las suyas, y eso lo agota.
En pareja: da mucho, pero le cuesta pedir.
En el trabajo: sostiene equipos, sin buscar protagonismo.
En familia: es el equilibrio emocional, aunque se lo pase mal tragando lo que siente.
El verde enseña paciencia, pero necesita aprender que decir “no” también es una forma de cuidar.
🔵 AZUL: el cerebro analítico
El azul busca precisión, lógica y coherencia. Si no hay datos, no hay decisión. Ama los detalles, los procesos, y las reglas claras; a veces parece frío, pero en realidad está cuidando la calidad.
En pareja: necesita claridad, no ambigüedad.
En el trabajo: es el que revisa tres veces un informe antes de enviarlo.
En grupo: es quien detecta los errores que nadie ve.
El azul trae orden al caos, pero necesita recordar que la vida no siempre se puede planificar con fórmulas.
¿Y Qué Pasa Cuando se Mezclan?
Imaginemos una escena:
Una persona roja (rápida, directa) discute con una verde (tranquila, sensible).
El rojo dice:
—“Decime qué querés, no me hagas perder tiempo.”
Y el verde, herido, piensa:
—“No le importa cómo me siento.”
Pero en realidad, ambos quieren lo mismo: resolver; solo que el rojo necesita acción, y el verde necesita contención.
O una azul (analítica) convive con una amarilla (espontánea).
El amarillo llega tarde al vuelo, y dice:
—“¡Tranqui! Al menos tenemos historia para contar.”
Y el azul, con cara de ataque cardíaco, solo piensa:
—“Historia sí, pero sin boarding pass.”
No son Idiotas son Distintos
Cada cerebro es un universo, y cuando dos universos se cruzan, pueden chocar… o expandirse; depende de si el objetivo es ganar la discusión, o entender al otro.
La inteligencia emocional no busca uniformar, sino traducir; porque no se trata de tener razón, sino de conectar con la razón del otro; y eso cambia todo: las relaciones laborales, las discusiones en pareja, y hasta cómo criamos a nuestros hijos.
Aprender a Traducir Cerebros
Cuando entiendes los estilos de comunicación, dejas de reaccionar, y empiezas a comprender. Empiezas a notar que la persona que te desespera, no lo hace por maldad, sino porque su mente procesa el mundo con otros tiempos, otras prioridades, y otras necesidades.
Empatía no es decir “te entiendo”; empatía es decir “no entiendo del todo, pero quiero entenderte”.
Preguntas Frecuentes (FAQs)
1. ¿Qué significa estar “rodeado de cerebros distintos”?
Significa que las personas que te rodean no piensan, sienten, ni reaccionan igual que vos. No es una cuestión de inteligencia, sino de estilos cerebrales, y comunicacionales diferentes.
2. ¿Cómo saber qué color soy?
Puedes observar cómo reaccionas frente al conflicto:
– Si actúas rápido y directo, probablemente seas rojo.
– Si necesitas conectar y hablar, amarillo.
– Si priorizas la armonía, verde.
– Si analizas todo antes de decidir, azul.
En terapia puedes descubrirlo con más precisión.
3. ¿Estos estilos se pueden cambiar?
No se cambian, se equilibran. La idea no es modificar tu esencia, sino ampliar tu flexibilidad emocional, y mejorar tu comunicación con otros estilos.
4. ¿Qué hago si no me entiendo con alguien de otro color?
Primero, reconoce su estilo. Después, adapta tu forma de comunicarte. No para complacer, sino para conectar. Comprender al otro reduce conflictos, y mejora los vínculos.
5. ¿La terapia puede ayudarme a comunicarme mejor?
Sí. Un proceso terapéutico te ayuda a entender tus patrones de reacción, tus necesidades y tus puntos ciegos, para que puedas comunicarte con más claridad y empatía.
Aprender a comunicarse mejor no solo evita conflictos, también salva vínculos. En terapia trabajamos para que puedas reconocer tu estilo, entender el del otro, y construir relaciones más conscientes, sin perderte a ti en el intento. Porque los vínculos no se tratan de cambiar al otro, sino de traducirlo con amor.
Romina Di Stéfano
Counselor - Creadora de HolaTerapia

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