Lucha, Huida… ¿o Calma?
Lucha, huida… ¿o calma?
¿Te ha pasado alguna vez que te enfrentas a una situación que te supera y, de repente, sientes que tu corazón se acelera, tus manos sudan, y tu mente entra en modo pánico?, es como si tu cuerpo, de la nada, decidiera que es hora de escapar o atacar, aunque solo estés en una reunión de trabajo, o discutiendo con alguien en WhatsApp.
Tranquilo, pasó, pasa y seguirá pasando. Lo que te sucede es la famosa respuesta de lucha o huida, un mecanismo que, aunque suene a película de acción, es algo que todos llevamos dentro, desde la época en que nuestros antepasados cazaban mamuts. Entonces, ¿qué hacemos con esta respuesta en un mundo donde ya no necesitamos correr de depredadores, pero sí, lidiar con el estrés del día a día?. Vamos a descubrirlo.
¿Qué es exactamente la respuesta de lucha o huida?
Imagina que estás en la prehistoria, caminando por el bosque, y de repente, un tigre de dientes de sable te ve como su cena. En ese instante, tu cuerpo se activa. Tu corazón comienza a latir más rápido, tus músculos se tensan, y la sangre fluye hacia las extremidades. ¿Por qué?, porque tu cerebro ha identificado una amenaza y, básicamente, te dice: «Corre o pelea». Esta es la famosa respuesta de lucha o huida.
Hoy en día, probablemente no te vas a topar con un tigre en la calle, pero sí, con situaciones que tu mente interpreta como amenazas: una reunión importante, problemas en casa, una crítica inesperada, una pelea con tu pareja, o hasta ese mensaje de tu jefe a las 10 de la noche. Aunque no son «peligros» físicos, tu cerebro reacciona de la misma manera, activando este antiguo mecanismo.
Pero la realidad, es que vivir en modo lucha o huida constante, no es nada saludable, ni física, ni mentalmente. Tu cuerpo, diseñado para reaccionar brevemente, se queda en modo alerta mucho más tiempo del necesario. Y así empiezan los problemas: ansiedad, agotamiento, tensión muscular, dolores de cabeza y una sensación constante de estar «en peligro» aunque nada pase.
Ejemplo: Cuando las notificaciones del teléfono son el nuevo tigre de dientes de sable
Imagina que estás tranquilo viendo tu serie favorita y de repente, tu teléfono vibra. Es un mensaje del trabajo que no esperabas. Aunque no sea una emergencia, tu cuerpo reacciona como si lo fuera. Tu corazón se acelera, sientes tensión en el cuello, y tu mente comienza a pensar en mil escenarios posibles. Este es el tipo de situación donde la respuesta de lucha o huida se activa innecesariamente. Y, lo peor, es que este tipo de reacciones, se acumulan a lo largo del día.
¿Cómo saber si tu cuerpo está en «modo alerta» todo el tiempo?
Tal vez te identifiques con algunas de estas situaciones:
- No puedes relajarte después de trabajar: Terminas tu día y, en lugar de desconectar, sigues pensando en lo que pasó, o lo que va a pasar mañana.
- Te sientes agotado sin razón aparente: Aunque no hiciste mucho físicamente, sientes que tu cuerpo está exhausto.
- Cualquier problema, por pequeño que sea, te parece enorme: Una pequeña discusión, o un cambio inesperado en tus planes, te pone al borde del colapso.
- Tienes problemas para dormir: Tu mente está tan agitada, que no puedes conciliar el sueño, o te despiertas varias veces en la noche.
Si esto te suena familiar, es probable que estés viviendo en modo lucha o huida más de lo necesario. Y sí, es agotador.
¿Por qué tu cerebro sigue reaccionando de esta forma?
La respuesta de lucha o huida es automática y, en esencia, tu cerebro no distingue entre una amenaza real (como un peligro físico), y una percibida (como un correo de tu jefe exigiéndote algo para ayer). Para él, ambas situaciones son iguales.
Es como si tu cerebro fuera un guardia de seguridad un poco paranoico, que suena la alarma cada vez que algo parece fuera de lo común, aunque no sea peligroso de verdad. Este mecanismo que antes nos salvaba de depredadores, ahora está sobreactuando, y nos hace sentir que estamos constantemente al borde de una crisis.
Ejemplo: El drama de la discusión con tu pareja
Has tenido una discusión con tu pareja por algo aparentemente pequeño, como quién saca la basura. Pero en ese momento, tu cuerpo no sabe que es un problema menor. Tu ritmo cardíaco se acelera, empiezas a sudar y te pones a la defensiva, como si estuvieras en medio de una batalla. ¡Estás en modo lucha! Pero claro, reaccionar así solo empeora las cosas, y lo que era una pequeña pelea, ahora parece el fin del mundo.
¿Cómo podemos desactivar esta respuesta?
La buena noticia es que no tienes que vivir así. Aunque la respuesta de lucha o huida es automática, hay formas de entrenar a tu cerebro para que no se dispare en situaciones que realmente no son peligrosas. Aquí te dejo algunos pasos sencillos que puedes empezar a aplicar hoy mismo.
1. Reconoce la señal de alarma
Lo primero es aprender a identificar cuándo tu cuerpo está en modo alerta. ¿Te sudan las manos?, ¿Sientes que tu corazón se acelera?, ¿Tu mente está llena de pensamientos negativos?. Estos son indicios de que tu respuesta de lucha o huida está activada. Al reconocerlo, puedes empezar a actuar.
2. Practica el poder de la respiración
Suena simple, pero funciona. Cuando sientas que estás entrando en pánico, haz una pausa y respira. Inhala profundamente por la nariz contando hasta 4, mantén la respiración durante otros 4 segundos, y exhala por la boca contando hasta 4. Repite esto hasta que sientas que tu cuerpo comienza a relajarse. Es como presionar el botón de «reset» en tu cerebro, ya que alivia nuestro sistema nervioso, y oxigena nuestro cerebro (le decimos a nuestras extremidades, hey al cabo q no hay tigre, y nuestra circulación, comienza a fluir de manera, normal).
3. Cambia tu entorno inmediato
A veces, necesitamos un pequeño cambio físico para calmar nuestra mente. Si te sientes atrapado en una situación estresante, sal a caminar, cambia de habitación, o simplemente haz algo diferente por unos minutos. Esto le dice a tu cerebro que no estás en peligro, que todo está bien.
4. Desafía tus pensamientos
Cuando estás en modo lucha o huida, tu mente tiende a exagerar, considerando que esta dentro de Jurassic Park. Un simple error en el trabajo puede parecer un desastre que arruinará tu carrera, es como si un tiranosaurio rex, se dirige hacia ti, como si fueras el plato principal, después de 16 horas de ayuno. Pero ¿es realmente así?. Hazte preguntas como: «¿Esto es tan grave como parece?» o «¿Qué es lo peor que podría pasar de verdad?». Este tipo de auto-cuestionamiento puede ayudarte a ver la situación de forma más realista.
5. Dale a tu cuerpo un escape físico
Si tu cuerpo está lleno de adrenalina, darle una salida física puede ayudarte a liberar tensión. Haz ejercicio, baila, estira los músculos, o incluso golpea una almohada. ¡Cualquier cosa que te permita descargar esa energía extra de manera saludable!
Ejemplo: El jefe exigente y la magia del autocontrol
Imagina que recibes un correo de tu jefe, exigiendo cambios en un proyecto a última hora. Sientes cómo tu cuerpo entra en pánico, pero esta vez, decides hacer algo diferente. En lugar de responder inmediatamente, te levantas, caminas un poco y respiras profundamente. Después de unos minutos, te das cuenta de que puedes manejar la situación, y cuando te sientas a responder, lo haces de manera calmada y eficiente. Has tomado el control.
Ejercicio práctico: Diario de estrés
Una forma efectiva de empezar a controlar la respuesta de lucha o huida es llevar un diario de estrés. Durante una semana, anota todas las situaciones que te generen tensión o ansiedad. ¿Qué pasó?, ¿Cómo te sentiste?, ¿Cómo reaccionaste?. Al final de la semana, revisa tus notas, y observa patrones. Esto te permitirá identificar qué situaciones son las que más te afectan, y cómo puedes enfrentarlas de manera más consciente en el futuro.
¿Por qué HolaTerapia puede ser la solución para ti?
Si sientes que el estrés y la ansiedad te están controlando más de lo que te gustaría, es hora de buscar ayuda. En HolaTerapia, nuestros terapeutas pueden enseñarte técnicas personalizadas para manejar el estrés y la respuesta de lucha o huida. Trabajando juntos, aprenderás a reconocer tus disparadores, a calmar tu mente y a recuperar el control sobre tu vida.
La terapia no solo te ayudará a enfrentar estos momentos de crisis, sino que te dará las herramientas para vivir con más tranquilidad, mejorando tu bienestar general. No tienes que enfrentarte solo a la ansiedad o al estrés crónico. ¡Con ayuda profesional, puedes aprender a vivir de manera más plena y relajada!
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