La Necesidad de Desaparecer un Rato (y que nadie lo tome personal)

🌀 A veces desaparecer un rato es autocuidado, no drama. Descubrí cómo pausar sin culpa y reconectar con vos en este artículo de HolaTerapia.

La Necesidad de Desaparecer un Rato (y que nadie lo tome personal)
La Necesidad de Desaparecer un Rato (y que nadie lo tome personal)

Hay algo que nadie nos enseñó bien: cómo tomarnos un recreo del mundo sin culpa, y sin que la gente crea que los estamos rechazando.

Vivimos rodeados de notificaciones, expectativas y frases motivacionales que gritan “¡seguí, seguí, seguí!”; pero ¿y si la verdadera salud mental empezara cuando nos damos permiso para pausar?. No porque estemos mal, sino porque queremos estar bien.

¿Por qué necesitamos desaparecer de vez en cuando?

Porque el cuerpo y la mente no son robots, y aún así, los tratamos como si lo fueran. Porque estar disponible todo el tiempo, no es sinónimo de ser más humano; porque el ruido externo no nos deja escuchar lo más importante: lo que nos pasa adentro.

Hay días en los que no queremos responder mensajes, no tenemos ganas de contar cómo estamos, no podemos fingir una sonrisa, ni sostener conversaciones; y eso no significa que estemos en crisis, significa que estamos vivos, y cansados, y humanos.

La falsa idea de que desaparecer es sinónimo de “problema”

Lo llamativo es esto: cuando alguien se aleja, enseguida lo interpretamos como un conflicto. ¿Estará enojado?, ¿Hice algo?, ¿Está deprimido?, y claro, si la cultura nos enseñó que alejarse es una amenaza, cada pausa, se vive como abandono.

Pero desaparecer no es un ataque, es un límite, un grito silencioso que dice: “necesito un rato para mí, y eso también es amor”. Amor propio, amor por el otro, amor por la relación; porque no hay vínculo sano, sin espacio individual.

Desaparecer es como cerrar una ventana en pleno invierno

No lo haces porque odias el aire, lo haces porque te estás congelando.

Cerrar la ventana no es egoísmo, es regulación, es cuidado, es saber cuándo parar para poder seguir; y si hay algo que los vínculos sanos necesitan, es esto: personas enteras, no personas agotadas que se arrastran para no defraudar.

Cultura del “responde rápido o se ofenden”

Responder al instante se volvió un estándar, pero ese estándar, muchas veces, es violento. Porque no respeta procesos, ni contextos, ni estados emocionales. ¿Desde cuándo responder rápido es más importante que responder con verdad?.

A veces nos toca decir:

Hoy no tengo ganas de hablar.
Necesito espacio.
No me pasa nada grave, solo quiero silencio.

Y sí, eso a algunos les va a molestar, pero ese malestar no es tuyo; es la incomodidad de los otros con tu límite.

¿Y si desaparezco y pierdo vínculos?

Esa es la gran pregunta, pero hay otra más poderosa: ¿Y si no desaparezco... y me pierdo a mí?. Los vínculos que no toleran tu pausa, tampoco van a tolerar tu autenticidad, tus claros y tus oscuros, tu sonrisa más épica, y tu lágrima más dramática.

Y los que valen la pena... no solo van a esperarte, te van a agradecer que vuelvas más vos que nunca.

¿Cómo desaparecer de forma saludable (sin desaparecerte del todo)?

No se trata de huir, ni de encerrarte tres semanas sin responder un “hola”; se trata de establecer espacios para vos, de marcar tus tiempos, de construir relaciones donde el silencio no sea leído como rechazo, sino como humanidad.

Prueba esto:

  • Elige tu “hora fantasma” diaria. Una hora donde no respondes, no produces, no resuelves. Solo existís, en modo avión emocional.

  • Comunícalo con claridad. Decir “me desconecto un rato para recargar” puede evitar malos entendidos. La gente no necesita saber todo, pero sí puede agradecer tu honestidad.

  • Revisa la culpa. Cada vez que sientas culpa por poner un límite, pregúntate: ¿A quién le estoy siendo leal: a los otros o a mí?

Desaparecer también es un acto de presencia

Cuando desapareces con conciencia, no estás abandonando; estás creando espacio para reencontrarte con vos; y cuando te reencuentras con vos, también puedes reencontrarte mejor con los demás; más entero, más liviano, más genuino.

No tienes que explicar tu cansancio, no tienes que justificar tu necesidad de silencio; solo tienes que aprender a elegirte, sin miedo a que eso te vuelva “menos”.

Porque elegirte no te separa de los demás, te acerca a vos.

¿Y si no sabes cómo desconectar sin sentir que te estás escapando?

En HolaTerapia diseñamos sesiones de terapia psicológica online que se adaptan a vos; no son fórmulas mágicas, ni protocolos fríos; son espacios cálidos, lúdicos, profundamente humanos, para ayudarte a crear una vida con pausas sanas, vínculos verdaderos, y decisiones que tengan sentido.

Desde donde estés, a tu ritmo, con profesionales que entienden que tu salud mental necesita lo mismo que vos: un rato de silencio para volver a sonar con fuerza.

Te esperamos para crear ese espacio. Desaparecer un rato no es un problema, es parte de sanar.

Romina Di Stéfano
Creadora de HolaTerapia