Jamás Ruegues por Amor
Reflexiona sobre el amor propio y la importancia de la reciprocidad en las relaciones. Aprende a soltar lo que no te hace bien con el apoyo adecuado.


Durante años, nos han contado que el amor lo puede todo. Nos hicieron creer que, si amamos lo suficiente, debemos luchar, resistir y aguantar lo inaguantable. Que el amor es sacrificio y entrega, incluso cuando la otra persona no está allí para recibirlo. Pero la mayor mentira que nos vendieron es que el amor es suficiente, incluso cuando la otra persona no puede o no quiere amarnos de la misma manera.
Hoy vamos a desarmar esta creencia. El amor no es suficiente si no es mutuo. Y, al final de este artículo, entenderás esto de una manera completamente diferente.
La Cultura de la Insistencia
Las historias que nos cuentan a través de las películas y canciones nos glorifican la insistencia: vemos al protagonista que no se rinde, que lucha por recuperar el amor de alguien. La narrativa nos dice que "el que quiere, lucha". Sin embargo, en la vida real, insistir en un amor no correspondido no te fortalece. Al contrario, te hace más vulnerable. Te encierras en una prisión emocional donde tú mismo eres el carcelero.
Desde la neurociencia sabemos que nuestro cerebro está programado para el apego. Cuando nos enamoramos, los circuitos de recompensa se activan, liberando dopamina, la sustancia que nos da esa sensación de euforia y placer. Pero, ¿qué pasa cuando la otra persona se aleja? El cerebro entra en modo abstinencia. Experimentamos los mismos síntomas que con una adicción. Es ahí cuando comenzamos a insistir, a rogar, a idealizar, creyendo que si recuperamos a esa persona, todo volverá a ser perfecto.
Pero la verdad es clara: el amor no es algo que se pueda "ganar". El amor sano es un baile en el que dos personas se mueven al mismo ritmo. No es una lucha, no es una guerra, ni una negociación. Si alguien no quiere o no puede estar contigo, ningún sacrificio cambiará esa realidad.
El Sesgo de Inversión: ¿Te Suena Familiar?
Imagina una máquina de peluches. Metes una moneda, la garra agarra el peluche, pero lo suelta antes de llegar a la salida. ¿Qué haces? Probablemente metes otra moneda, pensando que "ya invertiste". Eso es exactamente lo que pasa con el amor no correspondido. El cerebro nos dice que, si intentamos una vez más, si damos más, si esperamos un poco más, finalmente lo conseguiremos. Pero lo cierto es que esto no es amor, es el sesgo de inversión.
El sesgo de inversión explica por qué nos cuesta tanto soltar algo en lo que ya hemos invertido tiempo, emociones o dinero. Y esto aplica perfectamente al amor. "No puedo dejarlo porque ya le di años de mi vida". Pero, ¿y si dejas ir eso que no te sirve y recuperas tu vida para alguien que sí quiera estar?
El Caso de Martín y Laura: Una Historia Real
Martín está enamorado de Laura. Pasaron años juntos, pero últimamente Laura se ha mostrado distante. Le dice que necesita espacio y que no está segura. En lugar de aceptar la realidad, Martín sigue insistiendo. Cree que, si hace lo correcto, si la convence, si le demuestra cuánto la ama, Laura cambiará de opinión.
Pero Laura ya ha tomado su decisión. No es que no quiera a Martín, es que no lo quiere de la misma manera. Mientras Martín sigue atrapado en una historia que terminó en la mente de Laura, él sigue aferrándose a una idea equivocada, y lo peor es que sigue creyendo que todo depende de él.
El resultado: Martín se desgasta, se frustra y se pierde a sí mismo. Y sigue creyendo que la solución está en su capacidad para hacer que Laura lo quiera.
Un Ejercicio para Liberarte del Apego
La mente humana tiene la tendencia de aferrarse a lo que le es familiar, incluso cuando eso le hace daño. Vamos a desafiar ese patrón con un ejercicio basado en la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y la neurociencia del apego.
Identifica el Autoengaño Toma una hoja o abre una nota en tu celular. Escribe el nombre de la persona que no ha sabido o podido amarte como necesitas.
Esquema de Realidad Responde con total honestidad:
¿Cuáles son tres momentos en los que sentiste que esa persona no estaba realmente contigo?
¿Qué excusas usaste para justificar su falta de reciprocidad?
Si un amigo te contara exactamente esta historia, ¿qué consejo le darías?
El Espejo de la Decisión Cambia la perspectiva:
¿Cómo se sentiría la mejor versión de ti en una relación donde sí te eligen?
Si fueras tu propio terapeuta, ¿qué te dirías sobre esta situación?
Anclaje de Claridad Cierra los ojos. Visualiza una puerta. De un lado, está la espera, la incertidumbre, el deseo de que el otro cambie. Del otro lado, estás tú, con paz, con amor propio, con espacio para recibir a alguien que sí esté disponible.
Ahora elige: ¿Sigues en la sala de espera o cruzas la puerta hacia tu propia libertad? Si decides soltar, haz algo concreto: borra un chat, deja de seguir a esa persona en redes, regálate algo simbólico que marque este cambio.
El Amor es una Elección Mutua
El amor no se mendiga. El amor no se arranca ni se negocia con sacrificios desmedidos. El amor es el encuentro de dos personas que eligen libremente compartir su vida. Aceptar que alguien no puede o no quiere estar contigo no es una derrota. Es un acto de amor propio. Es elegirte a ti, en lugar de quedarte atrapado esperando a alguien que nunca llegará.
Si este ejercicio te hizo reflexionar, imagina lo que podrías lograr con el apoyo de profesionales. En HolaTerapia, ofrecemos sesiones de terapia psicológica online, diseñadas para ser simples, lúdicas y efectivas. Porque el amor más importante de tu vida… empieza contigo.
Da el primer paso hoy mismo en HolaTerapia.
Romina Di Stéfano
Creadora de HolaTerapia
