Dar y no recibir: peligro!!
Te mereces el amor que siempre intentas ofrecer a los demás, el mismo cariño sincero, desinteresado y genuino; sin embargo, lo que ofrecemos no siempre se nos devuelve de la misma manera, con la misma intensidad y calidad. La vida no es un bumerán. Lo que das no siempre vuelve. A pesar de todo esto, del desbalance entre: doy y me das, rara vez dejamos de intentar ofrecer todo aquello que somos.
Todos hemos escuchado, en un momento u otro, que para atraer a alguien, tienes que hacer cosas «buenas» por esa persona. Entonces comenzamos toda esta ordenada dinámica para ofrecer los detalles, los favores, las preferencias, los obsequios, los piropos de lo más variados… Sabemos que el cariño se gana con la atención, pero a veces no vemos los límites de estos actos.
“Dar no se trata solo de hacer una donación. Se trata de marcar la diferencia”. Kathy Calvin
Te mereces un amor genuino, no un paliativo momentáneo.
Las cosas de las que nos ocupamos prosperan. Lo vemos con nuestras plantas, cuando las ponemos al sol, las regamos, les quitamos las hojas secas y las colocamos en macetas más grandes para que extiendan sus raíces. La atención, la preocupación y el cariño nos hacen crecer. El jardinero se preocupa por sus plantas, sí. Pero no debemos olvidar que el propio jardinero necesita atención. Este es un pequeño detalle que a menudo olvidamos.
Hay personas que llevan años ofreciendo un amor resplandeciente, con un enorme conjunto de atenciones y emociones. Pero estos no siempre vuelven a ellos con la misma carga positiva. Son personas que, en cierto modo, se limitan a aceptar un amor banal, un sustituto que, en lugar de alimentarlos, los envenena. Pero no importa, lo aceptan una y otra vez. Si nos preguntamos ahora qué explica este comportamiento o permanecer en relaciones no recíprocas, la respuesta es mucho más compleja de lo que podemos creer.
Podríamos hablar de autoestima, pero es más complicado que eso. Cuando estas personas realizan terapia, lo primero que nos llama la atención es el flujo de diálogo interno de estos pacientes. Cuando les pedimos que nos hablen sobre ellos mismos y se definan, podemos escuchar cosas como «Soy el segundo de mis hermanos y sabes, es difícil, nadie me prestaba atención …», «Soy un vendedor, o secretaria, tuve que empezar a trabajar muy temprano y no pude estudiar, dejé un montón de sueños atrás… «
A menudo vemos vidas truncadas. Sentimos una aceptación resignada y la sensación de que en el fondo estas personas consideran que merecen esta realidad de claroscuro. Aceptan relaciones que realmente no les dan felicidad porque no se sienten capaces de aspirar a algo mejor. Según ellos, la vida siempre los ha colocado en segundo lugar: por lo tanto, deben aceptar lo que está sucediendo.
Date lo que necesitas.
Te mereces el amor que les das a los demás. Pensar que no es un acto de egoísmo sino de integridad, de dignidad personal. Has sido durante mucho tiempo el jardinero, el único arquitecto de relaciones donde has colocado los pilares, el hormigón, las paredes. Solo tú prestas atención a que el techo no se derrumbe, a que el amor está a salvo. Ahora estás afuera y el frío te quema.
Te mereces el amor que siempre has soñado, el que aún no percibes. Como decíamos al principio, la vida no es un bumerán. No siempre encontramos lo que hemos lanzado en el aire o en el corazón de los demás. El bumerán a menudo se queda a mitad de camino o ni siquiera comienza su camino de regreso. Entonces, detente. Deja de esperar una reciprocidad que no se da y deja de invertir todo tu ser en cosas o personas que no te aportan nada a cambio.
Te mereces un amor que no te haga daño, que te colme y te haga crecer. Debes ser exigente y considerar que te lo mereces. Para eso, nada mejor que cambiar de estrategia. Deja de dar y prepárate para recibir. Ya que eres el mayor experto a la hora de ofrecer ese cariño que da alas y convierte a los demás en prioridades, ahora, sé el receptor de este amor. Cuida tus raíces y recupera esos sueños que alguna vez fueron cortados por la mitad. Deja a un lado el conformismo y la aceptación que se oxida. Libérate para encontrarte mejor.
Ofrecer amor no me cansa, decepciones si!.
Recuerda:
No se trata de dar de forma especulativa, tampoco de negar tu esencia e ir con un gotero dando a medida; tampoco de ir anotando los debe y haberes; se trata de que seas tú en tu máxima expresión, que puedas sentirte en plenitud siendo y recibiendo, que afiles tu puntería con aquellos que están en tu mundo, que compartan tu sintonía, que todo fluya en paridad. Dile no a la energía unilateral que te ata y resigna, y dale bienvenida a eso que te eleva para ser tu mejor versión de ti, y que te impulsa al agradecimiento propio por quien al final del día, fuiste, eres y serás. El amor empieza por casa y se expande como la luz de una vela en un rincón oscuro. No te conformes con migajas, cuando puedes tener la panadería que quieres.
Si tienes problemas con tu autoestima, si la teoría suena fabulosa y la práctica se dificulta; te ofrecemos un espacio de autoconocimiento diseñado para ti; para que aprendas a verte, a ser tu brújula, a conocerte. Vamos a acompañarte empática, sencilla y de manera simple en todo el proceso. Es tu momento, aquí y ahora, mereces ser feliz en reciprocidad.
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