Autoestima: Cometer errores, nadie es Nerfecto

Descubre cómo los errores pueden ser una fuente de crecimiento personal. Aprende a transformar tus fallos en oportunidades para avanzar hacia el bienestar emocional.

Autoestima: Cometer errores, nadie es Nerfecto
Autoestima: Cometer errores, nadie es Nerfecto

¿Cuál es el error más memorable que has cometido?, ¿Cómo te ha marcado ese error?, ¿Qué has aprendido de él?, ¿Te has reído alguna vez de tus propios errores?

Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre esos momentos de tropiezo que todos hemos vivido, esos que nos hacen sentir como si hubiésemos aterrizado de cabeza en una piscina de gelatina.

Porque, aunque no siempre lo admitimos, los errores pueden ser muy reveladores. Si alguna vez has tenido una presentación que se volvió un desastre, una cena que terminó siendo un fiasco culinario o un pequeño accidente en una fiesta, sabes bien de lo que hablo. Sin embargo, lejos de ser un motivo de vergüenza, estos errores pueden brindarnos valiosas lecciones.

Soy Romina Di Stéfano, Terapeuta de HolaTerapia, y quiero compartir contigo una perspectiva diferente sobre esos momentos incómodos que nos hacen sentir vulnerables.

Errores: una oportunidad para crecer

Los errores, aunque incómodos, son esenciales para nuestro crecimiento personal. Imagínate que preparas una presentación perfecta para una reunión importante, pero, cuando llega el momento, los nervios se apoderan de ti y las palabras se mezclan, convirtiendo tu discurso en algo completamente diferente. O tal vez te atreves con una receta sofisticada, pero terminas con una comida quemada. Sí, esos son los errores de los que hablo.

Lo curioso es que estos errores, aunque nos hagan tropezar, no suelen tener consecuencias graves. Nos hacen sentir torpes, pero también pueden ser una oportunidad para mirarnos con mayor claridad y aprender.

Aquí te cuento tres verdades que los errores nos revelan:

  1. No eres perfecto y eso está bien

La perfección es un mito. Si lográramos alcanzarla, probablemente perderíamos lo que nos hace únicos: nuestra capacidad de aprender, evolucionar y conectar con los demás. Los errores nos mantienen humildes y nos recuerdan que estamos en constante proceso de aprendizaje.

Te comparto una anécdota personal: En una ocasión, intenté sorprender a mis amigos con una cena especial, preparando un soufflé de queso. Lo seguí todo al pie de la letra, pero cuando lo saqué del horno, se desinfló por completo. Me sentí avergonzada, pero en lugar de reírse de mí, mis amigos se rieron conmigo, diciendo: “Al menos lo intentaste”. Eso me hizo recordar que, como todos, soy imperfecta, y eso es lo que me conecta con los demás.

  1. El aprendizaje se da a través de los errores

Aunque muchas veces pensamos que cometemos errores por falta de inteligencia, lo cierto es que cada error es una oportunidad para aprender. Imagina que estás aprendiendo a conducir y, en el proceso, golpeas accidentalmente el borde de la acera. En lugar de sentirte tonto, este error te enseña a ser más cuidadoso la próxima vez. Aprender de los errores es lo que nos permite crecer y mejorar.

Nuestros errores no definen nuestra inteligencia. Al contrario, cada fallo nos brinda la posibilidad de adaptarnos y aprender.

  1. Los errores nos hacen humanos y nos conectan con los demás

Los errores, lejos de hacernos menos valiosos, nos hacen más humanos y accesibles. Nos proporcionan historias que contar, y lo mejor de todo es que todos podemos identificarnos con ellos. A veces, esos momentos de torpeza pueden ser encantadores. Como cuando en una fiesta derramamos nuestra bebida sobre nosotros mismos, y alguien se acerca a decir: “Me pasó lo mismo hace una semana”. De repente, lo que parecía un desastre se convierte en una oportunidad de conexión.

La autenticidad que emerge de los errores nos hace más reales y memorables.

La aventura de convertir los errores en oportunidades

Cada error tiene el potencial de enseñarnos algo nuevo, ya sea sobre nosotros mismos o sobre la forma en que enfrentamos los desafíos. Si alguna vez te has sentido derrotado por un fallo, te invito a cambiar la perspectiva: en lugar de ver esos momentos como fracasos, acéptalos como oportunidades para crecer.

La próxima vez que cometas un error, date permiso para reírte de él. Si aprendemos a aceptar nuestras imperfecciones, nos volvemos más fuertes y más sabios. Recuerda que ser humano implica aceptar que, a veces, no todo saldrá perfecto.

¿Te gustaría aprender a transformar tus errores en oportunidades para crecer?

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Romina Di Stéfano
Creadora de HolaTerapia