Aferrarse a algo: no es a lo que se aferra, sino por qué se aferra

Aferrarse al pasado, a personas o a ideas puede generar sufrimiento. Descubre por qué lo hacemos y cómo aprender a soltar para vivir con mayor libertad y plenitud.

Aferrarse al pasado, a personas o a ideas puede generar sufrimiento. Descubre por qué lo hacemos y cómo aprender a soltar par
Aferrarse al pasado, a personas o a ideas puede generar sufrimiento. Descubre por qué lo hacemos y cómo aprender a soltar par

Aferrarse a algo es tan común como respirar. Nos aferramos a las personas que amamos, a nuestras posesiones más preciadas, a los recuerdos dolorosos del pasado, a nuestros roles sociales e incluso a pensamientos negativos que se han convertido en parte de nuestra identidad. También nos aferramos a expectativas irreales, malos hábitos y emociones que nos hacen sufrir innecesariamente.

Sin embargo, según la filosofía budista, el apego excesivo es la raíz del sufrimiento. "La mayoría de nuestros problemas se deben a nuestro deseo apasionado y apego a cosas que malinterpretamos como entidades perdurables", dijo el Dalai Lama. Comprender por qué nos aferramos y aprender a soltar es esencial para alcanzar el equilibrio emocional y la felicidad.

Aferrarse: el verdadero problema no es el objeto, sino la razón

Desde un punto de vista psicológico, aferrarse significa desarrollar un apego obsesivo que nos hace perder la perspectiva y la objetividad. Ese vínculo nos lleva a actitudes inflexibles y conductas que, lejos de beneficiarnos, nos limitan. Pero más allá de aquello a lo que nos aferramos, la clave está en comprender el porqué de esa necesidad. Generalmente, buscamos tres cosas:

  1. Felicidad. Creemos que aquello a lo que nos aferramos nos hará felices y que perderlo nos sumirá en la desdicha. Sin embargo, investigaciones de la Universidad de Stanford han demostrado que solemos sobrestimar el impacto emocional de los acontecimientos, tanto positivos como negativos. Lo que hoy consideramos imprescindible, mañana puede ser solo un recuerdo más.

  2. Seguridad. El miedo al cambio y a lo desconocido nos lleva a aferrarnos a lo familiar, aunque ya no nos haga bien. Esa sensación de estabilidad nos da la ilusión de control, pero en realidad, nada es completamente seguro ni permanente.

  3. Significado. A veces, construimos nuestra identidad en torno a una relación, un objeto o una meta. Sentimos que sin eso estaríamos perdidos. Es común en relaciones de pareja o familiares, donde una persona se convierte en el eje de la otra, perdiendo su propia esencia.

Las consecuencias de aferrarse demasiado

Cuando nos aferramos, nuestro mundo se reduce. El miedo a perder aquello que consideramos valioso nos lleva a gastar energía en retenerlo, muchas veces a costa de nuestra paz. Nos volvemos controladores, obsesivos, e irónicamente, esa actitud puede alejar lo que más queremos.

El sufrimiento que genera el apego también nos limita. Como escribió Thich Nhat Hanh: "La libertad es la única condición para la felicidad. Si en nuestro corazón todavía nos aferramos a algo, no podemos ser libres". Lo que tratamos de retener también nos retiene.

Además, al aferrarnos olvidamos que el mundo cambia constantemente. Nos resistimos a la impermanencia y eso nos genera sufrimiento innecesario. Nos aferramos, nos lastimamos y nos frustramos, porque no aceptamos que la vida fluye y que no podemos controlarlo todo.

¿Cómo dejar de aferrarnos a lo que nos hace daño?

Haz este ejercicio: toma una moneda y apriétala en tu puño. Ahora, extiende el brazo con la palma hacia abajo. Si abres la mano, la moneda caerá. Si mantienes el puño cerrado por mucho tiempo, te cansarás y también terminarás soltándola. Así funciona el apego: cuanto más nos aferramos, más nos agotamos y más alejamos lo que queremos conservar.

Pero hay otra opción: sin soltar la moneda, gira la palma de tu mano hacia arriba y ábrela. La moneda sigue ahí. Soltar no significa perder, sino cambiar la forma en que sostenemos las cosas. Aprender a soltar es aprender a vivir sin miedo.

Dejar ir no es un acto único, sino un compromiso diario con nosotros mismos. Es permitir que la vida nos sorprenda sin el temor de perderlo todo. Cuando soltamos el control, abrimos espacio para que la felicidad y la plenitud entren en nuestras vidas.

¿A qué te estás aferrando? ¿Qué podrías soltar hoy para recuperar tu paz?

Romina Di Stéfano
Creadora de HolaTerapia